Las acciones locales están más cerca de Europa que en ningún otro momento de la historia. Las políticas de proximidad pasan por Europa en un camino de ida y vuelta que genera un circuito inevitable de relaciones, acuerdos, espacios de intercambio y cooperación a distintos niveles. El trabajo del FAMSI en este espacio tiene una doble dimensión funcional e instrumental que se ha concretado en decenas de propuestas y escenarios concretos para la acción y el diálogo. Un radar “eurolocal” que acorta distancias entre el municipio y el espacio europeo.
Modelos de interlocución diversos y complementarios permiten afirmar que hoy el ámbito local es un ámbito europeo y que Europa es un espacio geográfico y virtual de concertación plural y diverso.
Hace solo unas semanas, a finales de junio, el FAMSI acudía a la convocatoria de la III reunión de la Red de puntos focales especialistas técnicos en Educación para la Ciudadanía Global, en la sede de la AECID, junto a agentes las comunidades autónomas, oenegés, gobiernos locales, entidades locales y asociaciones de gobiernos locales como el FAMSI. En este ámbito, ciudadanía global, FAMSI presentaba 6 iniciativas vigentes, a las que se sumaban otras 38 propuestas de financiación diversa desarrolladas en la última década. Un eslabón más incluía las 25 iniciativas europeas específicas o con actuaciones de sensibilización destinadas la ciudadanía global. La proporción de iniciativas de perfil ‘eurolocal’ da pistas de la trascendencia de estos vínculos. La cita incluía, como se puede imaginar, el análisis de la educación para la ciudadanía global en el contexto de la Declaración de Dublín, un documento que es el faro de los estados miembro de la Unión Europea en materia de educación global hasta 2050, y la herramienta para reflexionar acerca del mundo a nivel local y global, la justicia social y climática, los derechos humanos y la diversidad presente y futura.
Este es solo un ejemplo de las capas que se superponen en la acción local, y del carácter funcional de la cooperación descentralizada local andaluza, si hablamos del FAMSI. Su rol no excede el ámbito de competencias que corresponde a los gobiernos, pero sí extiende el ámbito de acción del nivel local, gracias a las alianzas. Si bien recoge el espíritu del enfoque territorial, el recorrido de la cooperación descentralizada andaluza amplifica las demandas y capacidades territoriales llevando a cabo una labor instrumental, y se convierte en un mecanismo posible de interlocución con Europa gracias a su participación en plataformas de acción con raíces locales, de ámbito autonómico, español y europeo. La articulación con otros fondos de cooperación españoles, la participación en la agenda de Platforma (red paneuropea de gobiernos locales para la cooperación al desarrollo) o con la cooperación española en los países en los que lleva a cabo la cooperación en terreno, son algunos ejemplos de ello. La proximidad al territorio es, además, el factor que permite a organizaciones supranacionales acercarse a las instancias regionales, nacionales o locales. Es decir, la entidad se representa y conecta instancias de diverso nivel. Que una entidad municipalista como el FAMSI esté en la reunión de la Red de puntos focales para la Educación para la Ciudadanía Global significa que están sus municipios, que será vehículo de conexión con Platforma, y que ambas entidades llevarán sus decisiones institucionales hasta Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU, (a la que pertenecen), entre otras instancias, permitiendo la permeabilidad que propicia el trabajo en alianzas.
Como territorio fronterizo y por su histórico diálogo con otros pueblos a través de la cooperación, los antecedentes de la Andalucía local en el intercambio con el resto del mundo le han permitido atesorar un relevante patrimonio de experiencias y lazos. En el contexto europeo, no cabe pensar en programas relacionados con la gobernanza, la transparencia o la democracia que no incluyan a los gobiernos locales como voces autorizadas e imprescindibles. Así lo manifestó la Comisión Europea cuando, ya en 2008, reconocía el valor de la cooperación descentralizada como una dimensión de gran importancia de la cooperación al desarrollo. La traslación local de las decisiones adoptadas en el espacio europeo es clave para afrontar la lucha global contra el cambio climático, el impacto local de los retos globales o la implementación de la Agenda 2030, entre otros grandes consensos mundiales.
En una geografía mundial abocada y ávida de entendimiento, las agendas locales están conectando los espacios globales. Las fronteras entendidas como fractura son salvables con iniciativas que permiten observar la dimensión territorial de las políticas, y que generan experiencias de diálogo cruzado multinivel y multiagente. En los últimos meses, esta aparente abstracción se ha concretado en seminarios promovidos por el FAMSI, con amplios apoyos en su coorganización, y la cofinanciación de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AACID; estos seminarios han sentado a la mesa a gobiernos locales y regionales con delegaciones de la Unión Europea en Latinoamérica y África. Sucre, en Bolivia, o República Dominicana, en el Caribe, son algunos de las últimas experiencias en este ámbito.
La presidencia española del Consejo de la Unión Europea comenzaba con una relevante cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con el objetivo de fortalecer las relaciones entre ambas regiones. La CELAC reúne a 33 países de América Latina y del Caribe, y su diálogo con la Unión Europea es clave, como constata su Declaración final, para abordar de forma colectiva los desafíos que afronta este siglo. ‘Multilateralidad’ y ‘cooperación’ son dos de las palabras que vertebran el texto, y la voluntad de acercar las reflexiones a los contextos locales se desvela desde la propia hoja de ruta hasta la próxima cita, prevista en 2025; no en vano, un Foro UE-ALC con la sociedad civil, las autoridades locales y los jóvenes ha precedido a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno.
Hace años que se subrayó la capacidad de la cooperación descentralizada local promover alianzas sur-sur y sur-norte. En el contexto español, con una nueva Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global que valoriza el papel local y la articulación de agentes, la cooperación descentralizada local está posicionada en el contexto global para defender la trayectoria, herramientas y resultados que ha consolidado a lo largo de los años en un espacio de diálogo y trabajo que es cada vez más “eurolocal”.