El desarrollo sostenible no se alcanzarĆ” solo con los recursos financieros. Es necesario combinarlos “de manera efectiva con la polĆ­tica para darles un uso mĆ”s productivo”. Es el mensaje que lanza la ComisiĆ³n Europea en el Informe sobre Desarrollo 2015.
Durante la presentaciĆ³n del Informe, el comisario europeo de CooperaciĆ³n Internacional, Neven Mimica, afirmĆ³ que “no es tarea fĆ”cil” lograr que los paĆ­ses desarrollados aporten el 0,7% del PIB al desarrollo, una meta reconocida hace mĆ”s de 40 aƱos, aunque confiĆ³ en que las perspectivas de crecimiento de la UE lo permitan.

Informe sobre Desarrollo 2015.

El documento se da a conocer antes de varias citas relevantes: por un lado, la Conferencia Internacional sobre financiaciĆ³n para el Desarrollo, que se celebrarĆ” del 13 al 16 de julio en AdĆ­s Abeba (EtiopĆ­a), la Cumbre Post 2015 de Naciones Unidas, en septiembre y la reuniĆ³n de cambio climĆ”tico que acogerĆ” ParĆ­s, en el mes de diciembre.

En palabras de Mimica, se trata de tres citas “que establecerĆ”n el nivel de ambiciĆ³n de la comunidad internacional en los y dĆ©cadas por venir”, en tanto que “ofrecerĆ”n una oportunidad Ćŗnica en la vida para acabar con la pobreza, lograr la prosperidad compartida, transformar las economĆ­as, proteger el medio ambiente, promover la paz y garantizar el respeto de los derechos humanos”.

En lĆ­neas generales, la UniĆ³n Europea ha querido subrayar la reclamaciĆ³n de un “verdadero cambio de paradigma” en la cooperaciĆ³n para el desarrollo internacional, destacando la necesidad de que la polĆ­tica de Estado y las finanzas vayan de la mano ya que “ambas son esenciales para implementar una agenda de desarrollo post 2015 transformadora”.

El Informe expone que la financiaciĆ³n por sĆ­ sola no es suficiente. SegĆŗn uno de los autores del informe y especialista del Centro Europeo para la GestiĆ³n de PolĆ­ticas de Desarrollo, James Mackie, “los recursos financieros no son algo que se pueda observar sin que haya polĆ­ticas detrĆ”s”. El documento confirma que rara vez alcanza los objetivos buscados, a menos que se acompaƱe de polĆ­ticas complementarias. La posiciĆ³n que expresa el Informe Europeo de Desarrollo 2015 es tajante: “que se tengan en cuenta todos los tipos de financiaciĆ³n, vengan de donde vengan”.

Sus conclusiones confirman tres pautas principales que regirĆ­an la acciĆ³n de la ComisiĆ³n Europea para poner en prĆ”ctica la nueva agenda de desarrollo: no se trata de desarrollo si no es sostenible, no es resiliente y en Ć©l no participan las mujeres.

La UE en su conjunto se mantiene como el mayor donante de ayuda mundial, pese a las restricciones presupuestarias. SegĆŗn las Ćŗltimas cifras, la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) de la UE, de sus instituciones y los Estados miembros, ha aumentado a 58.200 millones de euros, un 2,4 por ciento desde 2013, su mayor nivel nominal hasta la fecha. La ayuda colectiva europea representĆ³ 0,42 por ciento del ingreso nacional bruto (INB) del bloque en 2014.

La meta del 0,7 por ciento de la AOD/INB se reconociĆ³ formalmente en octubre de 1970. Entonces, la Asamblea General de la ONU adoptĆ³ una resoluciĆ³n que incluĆ­a el objetivo de que “cada paĆ­s econĆ³micamente avanzado aumentarĆ” progresivamente su AOD a los paĆ­ses en desarrollo y realizarĆ” sus mejores esfuerzos para alcanzar un importe neto mĆ­nimo del 0,7 por ciento de su producto nacional bruto a precios de mercado para mediados de la dĆ©cada”. Hasta la fecha, el objetivo no se ha logrado.

SegĆŗn el director general de CooperaciĆ³n Internacional y Desarrollo de la CE, Fernando de Melo, la prioridad de la UE es “erradicar la pobreza y alcanzar el desarrollo sostenible”.

La mayorĆ­a de los ponentes coincidieron en que la UE necesita ir mĆ”s allĆ” de las “buenas palabras” y proponer acciones concretas, sin dejar de combinar aspectos econĆ³micos, sociales y medioambientales.

El documento es la quinta ediciĆ³n de un informe independiente promovido por la iniciativa de InvestigaciĆ³n Europea para PolĆ­ticas de Desarrollo, impulsado por la ComisiĆ³n Europea y realizado por expertos de cuatro paĆ­ses miembros: Finlandia, Francia, Alemania y Luxemburgo.

 

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