La trata de personas con fines de explotación sexual es una realidad oculta pero muy grave. Supone una vulneración flagrante de los derechos humanos. Las administraciones locales deben ser sensibles a esta dura realidad y proponer acciones para contribuir a la erradicación de la explotación sexual y el comercio de personas.
Según Naciones Unidas, España es un país de tránsito y destino de tráfico de personas, de nivel alto.
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