La lucha contra la trata de personas con fines de explotación sexual es una línea de trabajo que el FAMSI ha desarrollado a través de sucesivas iniciativas desde el año 2011, desde la perspectiva de abordar un fenómeno de escala mundial que se traslada a los contextos locales. El 48% de las víctimas de trata residen en zonas rurales. Son un colectivo ‘oculto’ que no aflora a consecuencia de las redes que las mantienen ‘invisibilizadas’. Por estas razones, hay que seguir trabajando en el ámbito local.
En Andalucía, trabajar en el contexto rural es clave para abordar las consecuencias de la trata de personas. Sin embargo, solo Sevilla, Málaga y Granada cuentan con sendas ordenanzas que recogen medidas específicas contra la trata y la explotación sexual.
La trata de seres humanos ofrece unas dimensiones globales, pero cuando hablamos de trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, según Naciones Unidas, se convierte en el tercer ‘negocio ilegal’ más lucrativo del mundo, movilizando entre 5 y 7 billones de dólares al año, solo por detrás de la venta de armas y drogas, y controlado por redes criminales internacionales que suelen estar implicadas en varios tipos de actividades ilícitas.
Dada la complejidad de las situaciones que implica la trata, existe información inexacta e incompleta. No obstante, los estudios más recientes afirman que las víctimas de explotación sexual que llegan a Andalucía son mujeres entre los 26 y 30 años, proceden del África subsahariana, Europa del Este y Latinoamérica, y entran por la frontera onubense con Portugal, y por las costas de Cádiz, Almería y Granada, aunque también se han detectado casos de víctimas procedentes de Ceuta y Melilla.
En Andalucía, también se ha detectado la venta de menores (siendo las niñas el colectivo más vulnerable), así como el incremento de la pornografía infantil, a través de una captación virtual que abusa de menores utilizando estrategias psicológicas.
A esta diversificación de los medios y estrategias de captación hay que sumar las consecuencias de la guerra de Ucrania, que ha motivado ya el desplazamiento de diez millones de personas; desde el inicio del conflicto, y aunque es pronto para cuantificar la magnitud de la situación, se han producido llamadas de atención hacia el incremento de posibles casos de trata de personas procedentes de Ucrania, y así lo han señalado las asociaciones especializadas tanto en países limítrofes como en otros países europeos distantes.
El contexto local, espacio para la acción
Los gobiernos locales pueden tener una actitud activa y proactiva en la respuesta a esta realidad. Son instancias que pueden promover el conocimiento de la situación, la sensibilización ante las víctimas, contribuir a su detección y atención individualizada, como lo son los contextos y circunstancias de los que proceden. Se trata de un enfoque de las políticas públicas locales basadas en los derechos humanos, lo que conlleva actuar a través de las herramientas a su alcance. Entre otras, las que promueve esta intervención.
En coherencia con estas competencias, el proyecto contempla actividades orientadas a generar conciencia ciudadana acerca de la trata de personas, en especial, en los municipios, a través de varias iniciativas; por un lado, la elaboración de un documento de trabajo que contemple la vinculación entre la trata de personas, y su concreción en los ámbitos locales; por otro lado, la producción de piezas audiovisuales, la renovación de la exposición y el espacio de información virtual (https://www.famsicontralatrata.org) elaborados por el FAMSI. A ellas se sumará la elaboración de una propuesta de Resolución contra la trata de seres humanos.
La trata de personas en la Agenda 2030
Por ser multidimensional, y tener dimensiones y facetas que abarcan desde el ámbito global al local, la Agenda 2030 es un referente constante, cuando se analiza el fenómeno de la trata de personas. Si pensamos en la edad, el género, la privación de derechos humanos, las circunstancias de esclavitud, privación y abuso, podríamos recurrir a casi todos los ODS como causa o instrumento para afrontar la trata y sus consecuencias. No obstante, también contempla metas que aluden de forma directa a este delito y sus consecuencias. Algunas de ellas se encuentran identificadas en la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito:
5.2: Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación.
8.7: Adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados, y, de aquí a 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.
10.7: Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.
Trabajamos por la consecución de los ODS:
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Objetivo 5:Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
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Objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos/as.
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Objetivo 10: Reducir la desigualdad en y entre los países. |
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Objetivo 16: Promover sociedades, justas, pacíficas e inclusivas. |